Debido a que la Tierra gira en torno al Sol en un año, en cada época del año vamos mirando hacia estrellas y constelaciones diferentes. Una misma estrella, vista todos los días a la misma hora, se irá desplazando hacia el Oeste un poco cada día, hasta que desaparezca por el horizonte y ya no se vea. Se verá de nuevo el año que viene. No se trata de un movimiento propio de la estrella (que lo tienen, pero apenas se aprecia por su lejanía) sino de la Tierra.
Si el objeto en cuestión es un planeta, por ejemplo Venus, también influye su propio movimiento en torno al Sol, que puede notarse en varias semanas.