"Lágrimas de San Lorenzo" es el nombre popular con que se conoce a las Perseidas, por su proximidad con la festividad de San Lorenzo (10 de agosto). En realidad, las Perseidas es una lluvia de estrellas fugaces (o lluvia de meteoros) visible cada año en torno al 11-12 o 12-13 de agosto. (¿Qué es una estrella fugaz o meteoro?)
Esta no es la única lluvia de meteoros del año. En otras fechas se producen otras lluvias, pero las Perseidas son quizá más conocidas por ser una lluvia más intensa que otras, y porque las fechas veraniegas facilitan su observación.
Las partículas que causan las Perseidas han sido producidas por el cometa Swift-Tuttle. El hecho de producirse la lluvia cada año por las mismas fechas se debe a que la Tierra, en su movimiento anual de traslación alrededor del Sol, en cada vuelta encuentra de nuevo a la acumulación de partículas.
Las "Perseidas" toman su nombre de la constelación de Perseo, ya que por perspectiva, aparentan provenir de la dirección de dicha constelación, aunque no tienen ninguna conexión real con ella.
También hay, en cualquier noche, meteoros esporádicos, es decir, que no pertenecen a ninguna lluvia. Prácticamente en cualquier noche del año, desde el campo o la montaña, se puede ver alguna que otra estrella fugaz.
¿CÓMO OBSERVAR LAS PERSEIDAS? (O CUALQUIER OTRA LLUVIA DE METEOROS)
Las mejores condiciones para la observación se dan en lugares alejados de los núcleos urbanos, sin contaminación lumínica, y con un horizonte libre de obstáculos.
También podemos observar desde la ciudad, pero entonces tengamos en cuenta que sólo veremos los meteoros más brillantes, que son pocos, ya que los más débiles (la mayoría) quedarán enmascarados por la contaminación lumínica.
Si coincide con una noche con Luna, ésta también impedirá ver los meteoros más débiles. Será mejor en este caso, dirigir nuestra vista hacia las zonas del cielo más alejadas de la luz de la Luna, donde quizá podamos ver más meteoros.
En general, para observar estrellas fugaces no es necesario mirar hacia ninguna dirección en particular. Tampoco se necesita ningún material óptico: un telescopio o prismáticos no ayuda, ya que es mejor mirar a simple vista para poder abarcar todo el cielo. Aunque por supuesto podemos llevar prismáticos o telescopio para observar otros objetos celestes aparte de los meteoros.
Lo que sí hace falta es: situarse en un lugar donde podamos ver el cielo con amplitud; dejar que nuestra vista se acostumbre a la oscuridad; y esperar un tiempo suficiente, ya que los meteoros pueden presentarse en cualquier momento, o pasar un buen rato sin que aparezca ninguno. Es mejor si nos ponemos cómodos (una tumbona, silla de playa...) y también abrigados, aunque sea verano, ya que tendremos que estar un buen rato sin movernos mucho y al aire libre.
Con todo esto... ¡A disfrutar del espectáculo!